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domingo, 4 de agosto de 2013

Siempre habrá un recuerdo que nos llene los ojos de lagrimas

 Y solo queda recordar, recordar pequeños detalles, instantes que lo cambiaron todo por un momento. Recordar los errores y las caídas, y nuestras ganas de ganar. Recordar que por muy cálidos que sean los besos si diciembre se ha propuesto congelarte el corazón, lo hará. Recordar silencios que gritaban a voces que te echaba de menos de una manera brutal, aunque el filo de mis labios murmurase que no quería volver a verte. Recordar el dolor que provocaban las caricias baratas que lo único que conseguían era romperme más y más el corazón. Recordar andadas que a estas alturas ya no valen nada, pero que siguen traicionándome cada vez que aparecen con el primer resquicio de frió que trae este puto invierno.


1 comentario:

  1. ¡Hola!
    A veces nuestro peor enemigo podemos ser nosotros mismos. Nuestros recuerdos, en concreto. Están ahí para quedarse aunque eso sea lo que menos deseemos. Cuando menos te lo esperes sus tentáculos te atacarán y te atraparán. Lo único que podemos a hacerlo es aprender poco a poco a vivir con ellos. Tal vez algún día dejen de leer y se conviertan en lecciones. Me gusta mucho como te has expresado.
    Besos,
    Pensamientos de Adolescencia

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