Seguidores

sábado, 7 de enero de 2017

Un nuevo comienzo.

Después de  más de dos año me vuelvo a pasar por aquí, hace mucho tiempo ya, cuantas cosas han pasado. Ha sido un poco la dejadez y el tener otras cosas entre mano. Supongo que es algo que a todos nos pasa, vamos actualizándonos, viendo otros intereses, otras aficiones pero esta bien recordar viejas costumbres. Os dejo un pequeño texto, ¡hace tanto tiempo que no escribo que ya casi no me acuerdo!

Hoy me encuentro sentada frente a la pantalla de mi ordenador sin saber muy bien como empezar. Los comienzos no suelen ser fáciles, tienes que coger carrerilla y pegar un buen salto con el factor de que la caída puede ser fuerte. Hay que estar preparado para todo, pero no ser pesimistas. Sin duda creo que es aún más difícil los finales, si, los finales, porque... ¿cuándo sabes que realmente ha acabado algo del todo? ¿Quién pone punto y final a algo?  ¿Cuándo se acaba un sentimiento realmente?

Hablo de las relaciones cuando se trata de una ruptura con infinidad de situaciones, desde el factor extrínseco de la distancia hasta el factor intrínseco de quien se mete por medio. Hablo de una amistad pasando por todas sus facetas, desde los peores momentos junto con lloros hasta las más feliz carcajada soltada por todo lo alto. Hablo de las discusiones con tus padres, incluyendo  aquellas que vienen bien para desahogarte y darte cuenta de lo necesarios que son hasta aquellas que acabas llorando y encerrandote en tu habitación, pero que a la mañana siguiente ya se te habrá pasado (y sino solo tardara un poco más). Hablo del comienzo de un buen año, lleno de propósitos y metas por cumplir hasta su ultimo día que haces un recopilatorio de montemos, recuerdos y miles de sensaciones que te recorren el cuerpo hasta aquellos escalofríos por darte cuenta de que no has cumplido todo aquello que te proponías. No te preocupes, se avecina otro año, con constancia se consigue todo. También de aquellos comienzo de año que no son como esperábamos pero que conforme avanza van mejorando y están llenos de sorpresas.  Que no falte mencionar de aquellos reencuentros con personas del pasado, por los que no sabes por donde escapar, aunque tan sólo duren cuestión de minutos. Hablo de miradas que duran segundos y te dices todo, o de las cuales te vas aún más desconcertada que antes. (Tendrían que venir con manual de instrucciones muchas de ellas). Y es que siempre dan miedo los reencuentros, ya sean encontronazos por la calle cuando vas peor vestida de toda la semana o aquellos que medio provocas porque sentimentalmente crees que estas preparada.

Tras un sin fin de comienzos y finales, si te paras a pensar eso es la vida, reponerte de cada asalto y correr aún más deprisa que la carrera anterior.  El tiempo tiene las horas contadas. Ahora bien, ¿Cuándo empieza y acaba algo? Poner límites es más difícil de lo que una se piensa.